sábado, 6 de febrero de 2010

Mi viaje a Dubbo


Hola a todos queridos familiares y amigos,

Por fin…..tengo el tiempo para contarles del paseo a Dubbo, un pueblo que queda más al norte. En bus son 11,5 horas de viaje. Por allá estuve 8 días en casa de Sue, una amiga de mi papá y María Teresa, que amablemente se ofreció a que pasáramos unos días por allá, con la idea de practicar el inglés.

Así que la crónica sigue así. Llegué el martes 19 a la estación del tren a las 7 de la mañana, luego de haber dormido no más de 3 horas. A los 5 minutos llegó Sue y nos fuimos a su casa a desayunar. Allá me mostró todo y me dijo cuál sería mi cuarto. Luego de estar listas nos fuimos a su trabajo y yo me ofrecí a ayudarla en lo que necesitara.

Total que trabajé buena parte del día en el cronograma del show del pueblo que es en mayo y dura 3 días. En una semana le actualicé el cronograma calendario, utilizando como base el del año anterior.

Ese día nos fuimos a casa como a las 7 de la noche pues recorrimos un poco el pueblo, fuimos a su tienda de zapatos, a la peluquería de la hija, la supermercado y a ver una carrera de caballos que van arrastrando a un jinete (si es que se puede llamar así) en una especie de carreta (lo verán mejor en las fotos).

El miércoles trabajamos todo el día y en la noche me fui con su yerno a casa pues ella tenía que trabajar hasta las 8:30. Así que adivinen quién hizo la cena, pues esta que está aquí. Les preparé una pasta al pesto y una ensalada (Gracias a Dios quedaron encantados). Pero lo más difícil no fue la cena, fue entenderle a Garry, guao!!!!!! Tenía que decirle que hablara despacio. Lo mejor fue que ya al final le entendía bastante bien.

El jueves y viernes también trabajamos. El jueves también hice la cena, pero esta vez fue pizza y el viernes por la noche salí con la hija de Sue (Kalye y Garry) a pasear por el pueblo y conocer las mansiones. Luego fuimos a club de bowling a un cumpleaños.

El sábado nos fuimos Sue y yo a un pueblo que queda a 3,5 horas al festival de música country australiana. Fue una bellísima experiencia, poder presenciar cómo el australiano disfruta de su música country y de la cantidad de músicos que la interpretan. Había desde niños, jóvenes, adultos y tercera edad que simplemente de colocaban frente a cualquier tienda y con su guitarra, su micrófono y sus cornetas cantaban. También vendían sus cd’s o simplemente la gente les ponía dinero. Así que pudimos disfrutar varias horas de música australiana en vivo. El único detalle fue la temperatura, que estuvo cerca de los 40, si es que no era más.

Así que después de recorrer la avenida central del pueblo por varias horas, nos fuimos a la casa de una amiga de Sue a darnos un chapuzón en la piscina. Y allá nos quedamos a dormir.

El domingo, salimos luego de un rico desayuno, hicimos un recorrido por el pueblo y a casa se ha dicho. La verdad, fue un gran fin de semana. Ojalá podamos ir todos el año que viene a disfrutar de este famosos festival que dura 10 días.

El lunes fuimos a trabajar y el martes fue día de fiesta, pues se celebraba el día nacional de Australia. Así que desayunamos un típico desayuno australiano con salchichas, tocineta, huevos escondidos en una rebanada de pan y tomates cocidos. A esto hay que agregarle las arepas, pues no podían faltar. Quedaron encantados con ellas.

Luego nos fuimos a un parque a celebrar con los australianos y a tomar café que vende su hijo a domicilio. Así que con 40 grados nos tomamos un deliciosos café helado. Luego fuimos a casa de sus vecinos, pues allí celebraban el día de Australia. La verdad es que pensé que me derretía. Hizo un calor como para enloquecer. Pero igual lo disfruté. Y como a las 5 de la tarde nos fuimos Sue, Alan su esposo y yo a pasear para conocer otros pueblos. Así que llegamos a un bar que es muy famoso por la zona, queda en un publecito que no colegio tiene, pero que por su puesto, sí tiene un bar.

El miércoles fuimos a trabajar de nuevo y gracias a Dios le terminé el cronograma antes de venirme. Ella quedó muy agradecida por esto y yo me sentí muy contenta de haberla podido ayudar con eso. Así que ese día, luego de una semana muy intensa, tomé mi bus a las 9 de la noche y a casa se ha dicho.



El viaje duró 13 horas, pues íbamos lento ya que el bus fallaba. Menos mal llegamos y no nos quedamos botados por ahí.

En resumen, les digo que Sue y su familia son realmente encantadores, me hicieron sentir como un miembro de la familia y yo por mi parte estoy feliz de haber convivido unos días con esta maravillosa familia típica australiana.

…y cuando llegué a casa, los niños me habían escrito una linda carta de bienvenida que me emocionó mucho. Bueno, acá termina el recuento de mi viaje a Dubbo. Estén pendientes que pronto llegarán buenas nuevas.

Cristi

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